Novela Post Literal
Autor: Ricardo Francisco ORTOLA
https://es.wikibooks.org/wiki/LA_FRANJA
PREFACIO[1]
La Franja es una estrategia urdida para textualizar una secuencia de pensamientos que sufren la suerte de creerse ideas.
Aquí y luego (en un portador), recorren el trayecto proyectado para retornar por el recorrido tramado (W‑metamorfosis).
El protagonista intuye esta realidad y soporta la sospecha de la vieja visión con su mirada.
Siente el irresistible malestar de la revelación.
Se rebela y duda del acto.
Luego se pregunta:
-¿Esto que ocurre me fue “in‑puesto”?.
Simultáneamente el protagonista enfrenta otro interrogante doble (o dos):
-¿Continuar vivo es un acto singular de la existencia?…
-¿O solo se trata de dar un paso más?
Con la inconfundible cadencia de tiro (al blanco) surgen los interrogantes porque habla un idioma recursivo.
Luego, otra mirada (de otro protagonista) ve que y como enfoca, cada situación.
Los sucesos se muestran articulados mediante una historia imprecisa con un denominador común: la conciencia.
La que en definitiva resulta, como siempre, dominado por ella (propiamente) luego de que ocurran los hechos.
También, posee la certeza de saber en donde pisa y transita, en donde duerme y camina (ciertamente).
En la emergencia actúa con el certero conocimiento que tiene del territorio, o si se quiere, de la franja.
Aquel común dominador (no denominador) se activa, desencadena los sucesos del protagonista, y el otro insiste, enajenado y desconociendo (única/mente) aquel terreno.
¿Se es agraciado por esta gracia?
El supuesto viaje, entre tanto, remite a una convivencia con las distintas visiones de sus semejantes, con quién(es) debe y está obligado a compartir.
Sin embargo, desalmado y hambriento, se impone descubrir la causa (del viaje).
También es cierto que resultó un hallazgo (para quién como bricoleur[2], logró que este texto exista).
Quién siempre dijo:…-No encontrar nada que encontrar antes que la búsqueda se inicie.
Por fin, solo el territorio está a la vista.
En principio, solo se cuentan acontecimientos que poseen un territorio donde ocurren, esa franja.
[1]…”PROLOGO QUE CREE SABER ALGO, NO DE LA NOVELA, QUE ESTO NO SE LE PERMITE, SINO DE LA DOCTRINA DE ARTE.
La tentativa estética presente es una provocación a la escuela realista, un programa total de desacreditamiento de la verdad o realidad de lo que cuenta la novela, y solo la sujeción a la verdad del Arte, intrínseca, incondicionada, auto‑autenticada. El desafío que persigo a la Verosimilitud, el deforme intruso del Arte, la Autenticidad ‑está en el Arte, hace el absurdo de quién se acoge al Ensueño y lo quiere Real‑ culmina en el uso de las incongruencias, hasta olvidar la identidad de los personajes, su continuidad, la ordenación temporal, efectos antes de las causas, etcétera, por lo que invito al lector a no detenerse a desenredar absurdos, cohonestar contradicciones, sino que siga el cauce de arrastre emocional que la lectura vaya promoviendo minúsculamente en él.
Hay en mi intento varias ideas probablemente originales; me interesa aquí la de método: busco distraer al lector por momentos, opresivamente, cuando deseo impresionarlo para la sutileza emocional que necesito engendrar en él, pequeñas impresiones que concurran al propósito emocional de conjunto de obtener en él un estado único final y general que incida su sensibilidad sorpresivamente cuando no está en guardia y en conciencia de hallarse ante un plan literario y no espera, ni advierte luego, haber sido conquistado.”…
[2]…”El bricoleur es quien hace reparaciones domesticas, un artesano menor que conoce algo de muchos oficios pero no es especialista en nada, es capaz de trabajos menudos e invenciones caseras. Su taller es un depósito de cosas inservibles pero que podrán ser útiles un día. No desperdicia, no cuenta con instrumentos refinados ni repara según los planos precisos de un ingeniero. Pero se las arregla para salir del paso con su ingenio y su sentido práctico. De esta manera, el bricoleur es, para Jacob, aquel que de una vieja rueda de coche hace un ventilador, de una mesa rota una sombrilla. Este tipo de manipulación no difiere de lo que hace la evolución cuando produce una ala a partir de una pata, o parte del órgano auditivo a partir de un fragmento de mandíbulas […]. La evolución actúa como un bricoleur que durante millones de años modificara lentamente su obra, retocándola sin cesar, cortando aquí, agregando por allá, aprovechando todas las ocasiones para ajustar, transformar, crear”. (…Continúa…)
Add a Comment