870359F7-544A-44A7-9051-28C71A1D33D9

Reforma del Estado: Cambios en los Poderes del Estado Republicano y Democrático

Por Ricardo Francisco Ortola Bosio

(Epígrafe de la imagen)

Las Privatizaciones deben ser explicadas como una Reforma del Estado

No se puede afirmar que las privatizaciones consistan en un hecho económico y/o una acción del Mercado generado por la “Política” del capitalismo neoliberal. No se puede decir y tampoco escuchar esto seriamente. Y no digo leído porque tal afirmación no se ha escrito (salvo en los panfletos) en las ciencias políticas o económicas conclusiones francamente impresentables, que como mínimo, resultan expresiones revocables por su inexistente sustento científico.
En un primer intento, para abordar este tema, he realizado descripciones parciales (ver Notas sobre La Reforma del Estado 1,2 y 3), donde trato aspectos de aquel fenómeno privatizador en el mundo y en la Argentina de los 90 cuando la administración Menen.
En esta última nota, continuación de aquellas, desarrollaré una conclusión sobre las Privatizaciones que la opinión pública argentina estigmatizo asignándole un significado plenamente equivocado, y sus efectos, dada su divulgación, hizo famosa la equivocación con la que hasta hoy se daña al conocimiento por su lisa y llana falta de verdad.
Hemos dicho que en la década del 80 en el Siglo XX, se inició el proceso de las tan nombradas privatizaciones, dijimos que ese proceso comenzó con los líderes del mundo desarrollado y occidental: Reagan/Tacher en Estados Unidos/Reino Unido respectivamente, ellos fueron los pioneros y referentes de la novedad.
Argentina puso en marcha el proceso de privatización de las Empresas del Estado en los 90, una década después, y con la administración de Carlos Menen. Esto ocurría a la luz de los resultados que ya se empezaban a manifestar en los Estados Unidos promediando la gestión Clinton. Por aquellos días se estaba produciendo el crecimiento económico más grande de la historia de ese país y obviamente del planeta. 
Al mismo tiempo se cumplían las profecías de Alvin Toffler expresadas en su “PowerShift” acerca de las nuevas realidades y a las que se agregaban los aportes de Peter Drucker con sus revolucionarios conceptos del Managment.
Menen avanzó decididamente sobre todas las Empresas del Estado Argentino y solo quedaron en manos del Gobierno las que no tuvieron comprador.
La nueva economía de la sociedad del conocimiento emerge ante las miradas mezquinas de conservadores derechistas y progresistas de la izquierda paqueta argentina. Arrasando con las nuevas tecnologías debutaba el NASDAQ de las punto.com. Era la economía supersimbolíca desembarcando con aquel flamante mercado de capitales que con luces de neón iluminaba el viejo asfalto de Wall Street , la estrecha calle neoyorquina situada en el bajo Manhattan.
En este cambio asombroso, deslumbrante y abrumador hubo como siempre beneficiados y perjudicados, pero entre ambos aparecieron los primeros confusos desocupados. La desocupación nació como la categoría negra de las estadísticas y se hizo muy famosa la expresión en español: estar en el paro.
Entonces, no había un diagnostico claro del cambio de cuya magnitud todavía no se conocen exactitudes todavía, ni en el orden local y mucho menos en el mundo.
En ese marco, decíamos, Argentina seguía flotando después que la hiperinflación, en julio de 1989 tocara los ¡200 puntos mensuales, 2400 por año!. Resueltamente el momento más grave de la historia económica Argentina. En esos guarismos cualquier observador veía con claridad que la causa principal radicaba en el déficit del gasto público y esta cuenta estaba conectada con las pérdidas de las empresas estatales cuyos guarismos eran de ciencia ficción, al menos así resultaban aquellos guarismos puestos en perspectiva. Ferrocarriles dos millones de dólares diarios, igual para YPF y ENTEL, y así todo, el Tesoro no daba abasto con la emisión y solo el caso Alemán de preguerra servía de referencia en algún que otro pensamiento analógico.
Esta razón hizo indiscutible el decisorio de Menen y se ejecuto la Privatización de todas las Empresas del Estado.
Aquel cuadro de situación mostraba, en el diagnostico más sencillo y casi inmediato, el fabuloso déficit del gasto publico causado por las empresas del estado mientras que la recaudación era magra y la devaluación de la moneda aumentaba exponencialmente por la emisión con la que se atendía ese deficit.
Analizado el gasto público del presupuesto vigente en 1989 se puede observar a las empresas del estado con balances de quebranto, todas deficitarias y convertidas en agujeros negros donde desaparecían cifras de envergadura macroeconómica. Ferrocarriles Argentinos, YPF, ENTEL, tomaban del Tesoro Nacional cifras millonarias de perdidas en dólares cuyos guarismos se expresaban diariamente para desdramatizar el impacto. Doy el nombre de estas dos empresas a manera de ejemplo, pero en ese momento la Empresas del Estado era un listón interminable, de diversas actividades como consecuencia del salvataje que practicaba el Estado Argentino con sus Gobiernos demagogos, populistas y dictatoriales.
En efecto, so pretexto de salvar las fuentes de trabajo y no provocar la desocupación tan temida el estado estatizaba esas empresas. Lo que se conseguía era evitar que el empresario o dueño de la misma quebrara y el Estado solo intervenía en el Mercado con una acción política, pero esto aumentaba la crisis sin solución de continuidad. 
Lo cierto es que la hiperinflación requiere algo más que un ajuste y es entonces cuando se decide Privatizar las Empresas que generaban ese gran déficit que el Estado financiaba con la emisión de moneda.
De la noche a la mañana, todos los argentinos lo saben, se privatizaron YPF, ENTEL (telefonía), todas las demás fueron tomadas por el sector privado y dejaron de pertenecer al Estado. Las que no tuvieron interesados se cerraron.
Acá vuelvo a reiterar que la decisión y su ejecución es absolutamente Política, una sola gestión del Estado.
Nunca hubo una acción económica ni de mercado como bien puede verse. El Estado mediante sus facultades en legítimo estado de derecho, procede a propuesta del Poder Ejecutivo a presentar los proyectos legislativos y todos los instrumentos previstos en el ordenamiento de la Privatización aludida y el Poder Legislativo a legislar lo necesario para que ello se ejecute.

Dr. Ricardo F. Ortolá Bosio

Tags: No tags

Add a Comment

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados *